>

sábado, 9 de noviembre de 2013

La vergüenza no mata;

Efectivamente, la experiencia de hacer el ridículo es un poco desagradable, pero no es el fin del mundo. De hecho, no deja secuelas físicas ¡Cómo la ceguera o perder un brazo! Bueno.... vale, a lo mejor exagero un poco. Es decir, no es tan malo como nos solemos decir a nosotros mismos. 


Si perdemos miedo al hecho en sí de pasar vergüenza, nos daremos cuenta de que, muchas veces, el ridículo vale la pena si a cambio obtenemos beneficios. Levantar la mano en clase para preguntar puede dar un poco de reparo, pero es conveniente, y el cosquilleo en el estómago pasa muy rápido. Invitar a alguien a salir con nosotros nos provoca un nerviosismo repentino, pero si acepa ¡Qué pasada! 

Tal vez esto se queda un poco lejos, de la moda, el amor y otras muchas cosas, pero ¿Sabéis que? La vergüenza también forma parte de todo eso. 
Sinceramente, que alguien me confiese, cuantas veces no se ha puesto algo, por vergüenza, por el que dirán los demás. 
¿Cuantas? Muchas ¿verdad? 
¿A que ahora no se queda tan lejos?



     Una vez más, gracias por leernos, por sacar unos minutillos de vuestro valioso tiempo, en leer esto, esto que a simple vista puede no importar, pero que a la larga se hace un poco  necesario.



                                                                         



No hay comentarios:

Publicar un comentario